Hace veinte años, cuando Dios puso en nuestros corazones el cuidado de los niños que había puesto en nuestro camino, sabíamos que teníamos que honrar ese llamado. No empezamos con un gran plan estratégico ni sabíamos cómo llegarían los fondos para el siguiente mes, pero por obediencia, dimos un paso en la fe.
No pasó mucho tiempo antes de que supiéramos que los niños necesitaban modelos de padres y no sólo cuidadores. Fue entonces cuando nos acercamos a Gerardo y Sandra para que se convirtieran en nuestros primeros padres de familia. Dijeron que sí, y empezaron a amar a casi 50 niños.
Dios ha sido tan fiel. Ahora, tenemos un pequeño grupo de niños que viven en cada uno de nuestros tres hogares, cada uno con un conjunto de padres de familia que sirven como modelos en la familia. Hacen vida juntos. Dios ha tomado nuestro «Sí» y ha provisto y guiado. Siempre es bueno mirar hacia atrás para ver el viaje que Dios nos ha hecho recorrer y recordar su fidelidad.
Escucha como Sandra comparte algunos de sus recuerdos y el impacto que su llamado tuvo en su familia. Estamos agradecidos por la vida de cada persona que Dios ha entretejido en el ministerio para ser Sus instrumentos para cuidar a Sus hijos. Él crea belleza.