Graciela vino a vivir a La Casa cuando era sólo una niña pequeña. Su sonrisa, sus hermosos y grandes ojos marrones y su calidez genuina siempre atrajeron a los demás hacia ella. Era muy creativa y siempre encontraba la manera de hacer algo con las cosas ordinarias de la casa. En su preadolescencia llegó a hacer ropa y zapatos de papel.
Cuando Graciela cumplió 18 años, decidió que quería aprovechar las oportunidades que ofrecía nuestro programa Puente, destinado a salvar la distancia entre la protección y la independencia. Cuando terminó el bachillerato, decidió que le gustaría cursar estudios culinarios. Durante los dos últimos años ha estado matriculada en un programa de artes culinarias. En enero, se le encomendó la tarea de preparar un plato local para 250 personas como parte de su evaluación final. Preparó una sopa de pollo típica y recibió buenas críticas, completando así su programa de estudios. La semana pasada, Graciela solicitó un puesto de ayudante de cocina en un restaurante local que iba a abrir sus puertas. Le ofrecieron un período de prueba de dos días de formación y evaluación… ¡y consiguió el trabajo! Ahora está trabajando en su campo de estudio.
Únase a nosotros para celebrar el trabajo duro y el enfoque de Graciela. También, oren por Graciela mientras comienza su primer trabajo. ¡Estamos orgullosos de ti, Graciela!