ANIMANDO A LAS FAMILIAS

Ana, ahora con casi dieciséis años, ha tenido la esperanza de poder pasar tiempo con su madre durante muchos años. Aunque algunas circunstancias difíciles requirieron la separación, Ana siempre ha tenido el deseo de reconectar y construir una mejor relación. Hace poco más de un año, Ana pudo reconectar con su madre, quien ahora la visita cada mes en nuestro Día de Visitas Familiares. Ana espera con ilusión su tiempo juntas y ha sido intencional en aprovechar bien ese tiempo.

Ana sintió que estaba lista para pasar un fin de semana largo con su madre durante las vacaciones de agosto. Sabía que había muchos obstáculos que debían superarse para que eso ocurriera. De hecho, haría falta un milagro. Pero Ana comenzó a orar y escribió una carta a los tribunales compartiendo su corazón. Luego, esperó.

En El Salvador, cada pueblo tiene un santo patrono que se honra y celebra durante todo el año. En la ciudad capital de San Salvador, el santo patrono es Jesús. Las festividades caen el 5 y 6 de agosto, pero como estos días coinciden con otro feriado, la mayoría hace un puente entre ambos que a menudo se extiende a una semana completa. Dado que las escuelas están cerradas, se ha convertido en un momento perfecto para que algunas de las familias con las que trabajamos se conecten.

Justo un día antes de que comenzaran las vacaciones, recibimos una notificación de los tribunales de que Ana podría pasar un fin de semana largo con su madre. La fe, la oración y un espíritu determinado hicieron realidad este sueño. Ana disfrutó de su tiempo conectando y conociendo aún más a su madre. Sus esperanzas están puestas en la próxima vez que pueda pasar un tiempo prolongado con ella.

Dentro de La Casa, seis de los niños pasaron tiempo de calidad en casa con familiares o familiares extendidos durante las vacaciones de agosto. El trabajo intencional y constante lleva a poder pasar tiempo con la familia. Animar a las familias es algo que tenemos que hacer… o mejor dicho, que “tenemos el privilegio de hacer”.