Un día de alegría y reconexión

La Casa de mi Padre proporciona un entorno familiar seguro y cariñoso a los niños que han sido retirados de sus hogares debido a situaciones difíciles. Pueden pasar un corto tiempo con nosotros. O pueden pasar tiempo con nosotros hasta que sean jóvenes adultos. Sin embargo, hay una cosa que sabemos que es cierta para casi todos los niños que hemos atendido: anhelan volver a conectarse con su propia familia.

La Casa de mi Padre tiene dos programas acreditados bajo la supervisión del gobierno: Programa de Acogimiento Institucional con Modelo Familiar y Programa Familiar. Este último programa ha sido, con mucho, el más desafiante, pero sentimos profundamente que vale la pena luchar por la familia.

Cuando un niño es colocado bajo nuestra supervisión, realizamos un profundo y arduo trabajo para localizar a la familia biológica, visitarla y determinar si es saludable y seguro para el niño volver a conectarse y trabajar intencionalmente para construir relaciones saludables y crecientes.

El enfoque de los sistemas judiciales ha sido colocar al niño de nuevo con su familia, a menudo sin seguimiento ni apoyo. Nuestro deseo es que el niño sea devuelto a una familia cariñosa cuando sea seguro y en el mejor interés del niño. Anhelamos que la familia se comprometa a trabajar en los problemas de la separación y se sienta apoyada en ese camino.

Desde que comenzó la pandemia, no hemos podido continuar con uno de los aspectos más importantes de nuestro programa familiar: el día de visitas familiares en la finca cada mes. Este día especial de cada mes proporciona un tiempo supervisado entre el niño y su familia, tiempos de interacción planificados y no planificados, tiempos de enseñanza, tiempos de terapia de grupo y una comida juntos. Los niños están deseando compartir con sus familias. Pero desde hace un año y medio no tenemos autorización para que nos visiten las familias. Mantuvimos la interacción a través de llamadas telefónicas, pero un gran abrazo y charlas cara a cara han sido anhelados.

En agosto pudimos finalmente obtener el permiso para comenzar de nuevo este aspecto del Programa. En septiembre celebramos nuestro primer día de visitas familiares a la finca desde febrero de 2020. Y fue un día de alegría. Fue un día de volver a comprometerse con el duro trabajo que tenemos por delante, tanto para La Casa como para las familias. Únase a nosotros en oración por cada familia con la que caminamos.