Bump. Golpe. Uf… inclínate hacia un lado, luego hacia el otro. Arriba, abajo, de lado. Si alguna vez has estado en La Casa, has experimentado el kilométrico viaje lleno de baches por el camino de tierra hasta nuestra propiedad.
Lo que la mayoría no sabe es que la «carretera» es en realidad el lecho de un río. Tiene un nombre oficial, Cuenca del Río Jutiapa (un afluente del Río Jutiapa). Cada vez que vienen las fuerte tormentas tropicales, te quedas prácticamente atrapado en la finca hasta que la lluvia se calma y baja el nivel del agua lo suficiente como para que no estés intentando maniobrar con tu vehículo a través de un arroyo que se mueve rápidamente, sin poder ver lo que hay debajo. El agua que se mueve rápidamente ha creado canales y zanjas que conforman el viaje lleno de baches.
Hemos recorrido este camino durante dieciséis años. Cuando nos mudamos a la propiedad en 2015, se hizo más REAL para nosotros en cuanto a lo difícil que podría ser para entrar y salir.
PERO, este último año, han ocurrido cambios significativos. Hace poco más de un año, en enero, empezaron las obras para pavimentar el camino con asfalto y colocar cunetas a lo largo del lateral para dirigir el drenaje y el agua de lluvia. Casi habían llegado a nuestra propiedad, a sólo 200 metros para nuestra entrada, cuando comenzaron los cierres. ¡Tan cerca! Luego, en febrero de este año, comenzaron los trabajos para extender la pavimentación más allá de nuestra propiedad. La semana pasada, terminaron de reparar la carretera y la pavimentaron. Nosotros, y ustedes, podemos ahora viajar a La Casa de una manera mucho más suave.
Estamos felices y agradecidos con esta carretera. Durante el proceso de construcción, teníamos que salir por la parte trasera de la finca, que era más áspera que el camino de tierra original, o tener que caminar desde la carretera. Era un inconveniente, pero ahora por fin podemos conducir por una carretera asfaltada hasta la finca.
Todo esto puede parecer que no es gran cosa, a no ser que veas a la gente de la comunidad trabajando para dejar la carretera lisa y lista para ser pavimentada, junto con la excavación de profundas zanjas a cada lado y la mezcla de hormigón con tierra para crear una capa sólida para el asfalto que se va a verter. Sí, ¡todo a mano! Equipo utilizado: palas y carretillas. Todos los días, la gente del municipio local y la gente de la comunidad trabajaron duro durante meses. El hecho de haber invertido todo ese esfuerzo y sudor en un proyecto ha hecho que la comunidad esté muy orgullosa de la carretera. Se han programado días de «limpieza» para limpiar los pequeños desprendimientos de tierra que puedan haberse deslizado sobre la carretera, recoger la basura, etc.
No podemos esperar a que aquellos que nos han visitado antes vuelvan y experimenten nuestro nuevo y suave acceso al a finca.
P.D. ¡Pero prepárense para los numerosos túmulos!